Desde la década del ‘40, en nuestro país, la respuesta tradicional del Estado a las demandas de la ciudadanía, ha sido la ejecución por sí de diferentes Políticas Públicas. El Estado era el encargado de llevar a cabo el proceso completo: identificaba la necesidad, diseñaba la respuesta, elaboraba el procedimiento para alcanzarla y finalmente la ejecutaba. Sin embargo, el advenimiento del proceso de globalización terminó con el Estado de Bienestar en los años ‘90, delegando en los Gobiernos Provinciales la atención de aquellas demandas que el Estado Central dejó de atender. Los Estados Provinciales no estaban preparados económica ni estructuralmente para atender el volumen ni la calidad de esas demandas.

En la actualidad, el proceso de transferencia de responsabilidades iniciado en los ‘90 recae finalmente en los Gobiernos Locales, donde el fenómeno se repite, esta vez desde las provincias hacia las comunas. Históricamente, los municipios atendían sólo las demandas ABL (alumbrado, barrido, limpieza y mantenimiento de la vía pública), no estando todavía preparados para afrontar las nuevas demandas y responsabilidades que comenzaron a imponerse en las agendas locales.

A partir de este proceso, las agendas de los Gobiernos Locales fueron transformadas de hecho por una ciudadanía cada vez más informada y con reclamos cada vez más sofisticados, tales como: el problema medioambiental, las cuestiones relacionadas a los derechos humanos, la seguridad en general, la promoción y desarrollo de PyME's y la promoción del complejo abanico de las Políticas Sociales.

Como consecuencia emergente de esta realidad, comienza a tomar relevancia la idea del Desarrollo Local. Dicha idea significa básicamente pensar el desarrollo “desde abajo hacia arriba”, es decir, desde el Gobierno Local y no sólo desde el Estado Central. De manera que, los que tienen y deben definir hacia donde va el municipio, saber con que recursos cuentan, y en función de ello, promover las actividades de desarrollo, son sus habitantes.

Situados desde esta perspectiva, Desarrollo Local significa potenciar los recursos y actores existentes,  en función de la capacidad de inserción del Municipio en el funcionamiento económico global y, a su vez, potenciar la inserción de los vecinos en el nivel de decisiones y acciones que involucran a la Comunidad Local.

A partir de este concepto de desarrollo surge en la Argentina el primer problema, romper con la idea de desarrollo tradicional “de arriba hacia abajo”. La clave es invertir la teoría tradicional, buscando el perfil del municipio y centrándose en los recursos propios para luego proyectarse regionalmente.

                                                      Lic. Nadia Roffo